viernes, 9 de julio de 2010

culturas extintas:

Pueblo Aonikenk Los Aonikenk o tewelches, hoy extintos en el territorio chileno, pertenecen a un grupo nómade terrestre de la Patagonia.
Son reconocidos como una de las etnias más altas del mundo, llegando a medir hasta 2 metros.
Su territorio natural se extendía entre el Estrecho de Magallanes y el río Santa Cruz, el que recorrían cazando animales y recolectando el alimento que les proporcionaba la vegetación de la pampa.
Los europeos, al verlos por primera vez, los bautizaron como patagones. Sus entusiastas versiones sobre las enormes huellas de sus pies, dieron orígen a la leyenda de los Gigantes de la Patagonia y al nombre con que fue designado este vasto territorio.
Con la adquisición del caballo, en el siglo XVIII, los Aonikenk ampliaron sus recorridos por la estepa austral mostrando gran destreza en el manejo de este importante medio de transporte.
Aonikenk y Selk'nam estarían emparentados. Algunas similitudes entre ambos pueblos son las características físicas, como su altura. También tienen un parentesco lingüístico, ya que ambas lenguas provienen de un mismo tronco lingüístico: el Tshon.

Características Físicas Aunque los Aonikenk no fueron exterminados como sus vecinos Selk'nam, sufrieron un proceso de aculturación o pérdida de su cultura originaria.
Al pasar el tiempo, mundo espiritual y aspectos de la vida cotidiana se fundieron con elementos de la religión católica y la cultura del colonizador.
Lo más dañino fue la introducción del alcohol y las enfermedades contagiosas, tales como la viruela, el sarampión y la sífilis.
Relatos de cronistas los describen como una nación cuyos individuos eran:
«de buen aspecto físico, complexión robusta, estatura aventajada, saludables formas y hasta agradable presencia (...). Visten con piel de animales, con el pelaje vuelto hacia adentro (...) gustan de adornos de sus personas y caballos (...) no tienen un carácter feroz y que hasta puede considerárseles amistosos».

Gigantes de la Patagonia Aparte de su imponente estatura, los Aonikenk, tenían un gran desarrollo toráxico. Sus espaldas eran amplias y sus piernas fuertes, rasgos que facilitaban la caza terrestre.
Las mujeres eran de caderas anchas, más gruesas que los hombres, pero proporcionadas. También se caracterizaban por poseer dientes muy blancos. Esta característica, algunos autores se la atribuyen a la costumbre de masticar el fruto de color oscuro del maqui o molle, arbusto con cuya resina se elabora el incienso.
La adaptación de los Aonikenk a las duras condiciones climáticas y ambientales, dependía de una disposición fisiológica especial unida a una educación y alimentación reforzadora de las defensas, ya que desde la infancia eran formados para resistir y acostumbrarse al frío.
Como cazadores nómades, estaban dotados de un vigor y resistencia especial para adaptarse a las duras condiciones del clima austral. Además poseían un metabolismo de las grasas distinto al del habitante actual, logrando eliminarlas más lentamente, lo que contribuía a la mantención del calor corporal.

Armas Las armas originarias de los Aonikenk eran la boleadora, la lanza y, en menor medida, el arco y la flecha.
Para la defensa y la caza utilizaban la boleadora.
Esta es un arma constituida por piedras del tamaño de un huevo cubiertas por una funda de cuero, y atadas a un lazo hecho con nervaduras de guanaco o avestruz. Aún en uso en la Patagonia por estancieros y ganaderos, se blande en el aire en forma de círculos y luego se lanza a los pies del animal que se quiere capturar.
Había tres tipos de boleadoras: chumé, yachiko, y bola perdida.
La chumé, tenía dos bolas y estaba hecha especialmente para la caza del avestruz.
La boleadora yachiko, tenía tres piedras y era usada en la caza del guanaco.
La bola perdida, un tipo de honda en la que no se recuperaba el proyectil.
Las armas de fuego, el caballo y el alcohol fueron incorporados a sus costumbres, con la llegada del hombre blanco.

Sociedad Se organizaban socialmente en tribus, conformadas por varias familias emparentadas entre sí.
El cacique era el encargado de guiar y organizar las cacerías y frecuentes traslados del campamento.
La unión de varias familias ligadas por una relación de parentesco, conformaba una agrupación o tribu organizada bajo un jefe que dirigía las cacerías, expediciones y mediaba en los conflictos internos.
El cacique no era un líder político, su acción se concentraba más bien en la organización de ciertas actividades prácticas en cada tribu.
En caso de guerra con otras etnias, como los Puelches y los Mapuche, los caciques se unían y planeaban en asambleas las estrategias a seguir.
Los Aonikenk, además de ser una de las etnias más altas del mundo, eran longevos, a pesar de las extremadas condiciones climáticas.
El explorador Ramón Lista, quién convivió con los indígenas hace más de un siglo, constató en esa época la existencia de miembros de la comunidad octogenarios, nonagenarios e incluso algunos centenarios.

Medicina A pesar de la extraordinaria aclimatación y fortaleza física, cuando las enfermedades se manifestaban la comunidad acudía a dos formas de medicina: la natural y la mágica.
El conocimiento de la medicina natural no era privativo de los chamanes, y se basaba en los recursos disponibles del entorno. El estreñimiento, por ejemplo, se curaba con el gauycurú, planta utilizada como purgante. También usaban el Té de Pampa (Satureja darwini), antiinflamatorio, antiespasmódico y antibacteriano, además de una hierba que crece en el estuario del Río Gallegos utilizada para los dolores reumáticos.
Se cree que, al igual que los Selk'nam, los Aonikenk conocieron los atributos del romerillo para agudizar la visión y la corteza de la zarzaparrilla (Ribes magellanica) para sanar los dolores de estómago.
Si la medicina natural no daba los resultados esperados, intervenían los chamanes para aplicar la medicina mágica. Para la sanación, estos utilizaban amuletos, piedras y sonajeros, objetos cuya función era espantar a los espíritus malignos con su incesante sonido.

Costumbres Los Aonikenk creían que los ancianos muertos se reencarnaban en los niños. Cuando un joven fallecía, su alma vagaba sin destino y quedaba prisionera de la tierra, hasta que cumpliera el tiempo necesario para hacerse vieja.
Debido a este pensamiento animista, enterraban a sus muertos con sus objetos personales, sus armas y alimentos.
Creían que cuando un miembro de la tribu moría, cabalgaba hacia el otro mundo sobre su yegua, por lo que esta debía ser sacrificada al morir su dueño.
Los familiares introducían al difunto, con sus objetos de plata y armas más preciadas, dentro del quillango o manta de guanaco pintada. Luego la sellaban cosiendo todos sus bordes.
El modo de enterrar era en posición fetal, con el rostro mirando hacia el oriente y cubriéndolo con pesadas piedras.
Los Aonikenk preferían sepultar a sus muertos alejados de la comunidad, en las cumbres de los tchengue o cerros.

Rituales de Iniciación Cada etapa en la vida de los Aonikenk, se iniciaba con un ceremonial específico.
Durante la gestación, la embarazada era separada de su pareja para evitar el contacto sexual, ya que se creía que el semen agrandaba el feto, dificultando el parto. Entonces comía carnes secas y evitaba los alimentos líquidos. Su madre o su abuela, la asistían en el nacimiento del hijo.
Al recién nacido se lo pintaba de color blanco, y luego se le asignaba el nombre, el que por general representaba características físicas, lugares de alumbramiento o el nombre de un familiar muerto.
A los cuatro años de edad, los menores asistían a la Ceremonia de los Aros; mientras a las niñas se les perforaban ambos lóbulos de las orejas, a los niños sólo uno.

Rituales de Iniciación Una aguja y crines de caballo, eran los instrumentos con que se hacían los orificios, que más tarde albergarían a los aros.
Al final del ritual se sacrificaba una yegua, momento en que los hombres ejecutaban el Baile de las Avestruces.
La primera menstruación, signo del paso a la adolescencia, era la ocasión en que se realizaba la ceremonia de iniciación femenina.
Al llegar a la adultez, la joven se preparaba para contraer matrimonio era el tiempo de la ceremonia La Casa Bonita.
Allí se preparaba para el acontecimiento de vivir en pareja, permaneciendo entre tres y siete días dentro de la singular vivienda.

La Casa Bonita La Casa Bonita era similar a la vivienda de los Aonikenk, pero, en lugar de estar recubierta con piel de guanaco, era engalanada con ponchos nuevos, cojines, plumas de avestruz, cascabeles y campanillas con cuentas azules, rojas y amarillas.
Dentro de ella, el alimento de la novia se reducía bastante, evitando el consumo de grasas.
Por lo general, la abuela o el abuelo materno la acompañaban, asumiendo así el papel de educador y consejero de la joven en su nueva vida como adulta.
La joven aprendía las normas morales de la comunidad y las actividades cotidianas como lavar, cocinar, elaborar tejidos y el cuidado de los hijos.
La virginidad era muy valorada, razón por la que se le enseñaba a las mujeres, en dicha ocasión, a no tener relaciones sexuales antes del matrimonio. La ceremonia concluía con el sacrificio de yeguas y el baile masculino de las avestruces.
El matrimonio se festejaba con sacrificio de equinos y bailes, al igual que las otras ceremonias, con la diferencia de que no se daba carne a los perros ya que se consideraba un mal augurio.
La extracción de la sangre, el saludar a los espíritus, encarnados en determinadas formas de la naturaleza o el murmurar deseos al ver la luna nueva y la creciente, eran otras prácticas rituales cotidianas. La ceremonia se prolongaba hasta altas horas de la helada noche patagónica hasta que, al calor del fuego y del baile, se unían con sus fuerzas ancestrales.
Con la llegada del hombre blanco, a esta ceremonia se sumó el alcohol que, además de emborracharlos produciéndoles cambios conductuales, terminó por aniquilarlos.

El Baile Avestruz Tras el sonido rítmico de tambores, flautas, arcos musicales y cantos Aonikenk, comenzaba el baile de las avestruces.
Los hombres destinados a participar en la ceremonia salían en fila desde un toldo.
Con el cuerpo cubierto de pieles y la cabeza con plumas de avestruz, comenzaban a dar vueltas alrededor del fuego acercándose hasta tocarse, y retrocediendo con movimientos que imitaban el andar de las avestruces y los guanacos.
Cantos colectivos y gritos, conjuraban el poder de las fuerzas del mal.
El ritmo de la danza aumentaba mientras iban transformándose en sus animales de caza, hasta que los hombres se quitaban los calurosos mantos de piel y mostraban sus fornidos cuerpos, pintados de colores.
Danzaban cubiertos solamente por un cinturón hecho de plumas de avestruz, conchas, campanillas y picos de aves.

Lengua

El Aonikaish, lengua de los aonikenk, está emparentada con el idioma selk'nam, ya que ambos pertenecerían al tronco lingüístico Tshon, distinto del indoamericano que agrupa al resto de los cazadores-recolectores de Sudamérica, (según Roberto Lehmann-Nistche).
El Aonikaish, esta compuesto por, aproximadamente, 25 sonidos básicos, de los cuales seis son similares a las cinco vocales españolas, más una de sonido similar a la ö, en alemán.
El estudioso Spegazzini (1884), describe del siguiente modo al aonikaish: «todos hablan con voz muy gruesa, haciendo repercutir las consonantes, muy despacio como si estuvieran cansados; la garganta es la que emplean más, como si fueran ventrílocuos; las vocales son pocas, y sólo las de las primeras sílabas pueden determinarse con seguridad, y escribirse, las demás son ininteligibles o semimudas».
Para un hablante de esta lengua, como lo era el explorador Lista, el Aonikaish, no sólo tiene una voz propia para cada objeto de la naturaleza, sino que también expresa ideas abstractas de un orden superior.








Los Selk'nam eran un pueblo nómade, que mantenía una economía de subsistencia basada en la caza terrestre, principalmente aves, que se complementaba con la recolección de frutos, hongos y raíces silvestres; junto con algunos productos marinos.
Se caracterizan por la elaboración de puntas de proyectil más perfeccionadas y eficaces que las de sus antecesores.
Los Selk'nam estarían emparentados con los Aonikenk o Tewelches del sur a través de un tronco común, del cual los primeros se habrían separado ocupando la Tierra del Fuego.
Selk'nam es el nombre con que los habitantes nómades de Tierra del Fuego identificaban a su pueblo y cultura. Por ello hoy en día se privilegia esta denominación, ya que el nombre Ona otorgado por los yagan y luego popularizado desde la colonización del territorio austral, no emanó de la propia cultura Selk'nam.
Esta cultura, poseía un amplio mundo espiritual manifestado en ceremonias como el Hain, ritual de iniciación sexual en el que se revelaba a los adolescentes ciertos secretos tendientes a preservar su orden social: el patriarcado.

Origen Los Selk'nam llamaban Karukinká al territorio que los acogió hace unos 10.000 años, la misma tierra que los españoles denominaron inicialmente Tierra de los Humos y finalmente Tierra del Fuego, debido a las fogatas que los indígenas encendían en las noches y que los conquistadores veían desde alta mar.
Los Selk'nam explican este hecho a través de leyendas que narran como sus antepasados quedaron aislados en la nueva tierra, cuando el agua cubrió el paso separándolos definitivamente de sus hermanos continentales.
Dos organizaciones religiosas crearon reducciones para los indígenas sobrevivientes: una en Isla Dawson y otra en Ushuaia. La primera, creada por un misionero salesiano, logró reunir a cerca de 1.000 Selk'nam, pero fue cerrada en 1912.
En sólo ocho años, la población se redujo a unos 270 indígenas, quienes sobrevivían bajo la protección de los hermanos Bridges, anglicanos, según constató en 1920 el antropólogo Martín Gusinde.

Ecosistema El clima frío y seco actual de la Patagonia Austral, no siempre fue así.
Desde el 3.000 a.C., el clima habría comenzado a cambiar su calidez por frialdad y su humedad por sequedad ambiental, hasta llegar a las actuales condiciones de la zona. Guanacos, zorros colorados, cururos y una gran diversidad de aves, conforman la fauna autóctona del territorio.
Los cazadores fueguinos aprovechaban las raíces, diversos hongos y frutos silvestres que les proporcionaba el bosque fueguino y la estepa de su ecosistema.
Una ballena varada en la costa, las relaciones de intercambio, los torneos de lucha que marcaban el fin de las hostilidades entre las familias, las ceremonias de paz, o los ritos funerarios de un ser destacado, eran ocasiones en las que la comunidad se reunía.
La muerte de una ballena atraía la concurrencia de todos, inicialmente por el fuerte olor y luego por los fuegos encendidos por descubridores del animal, con el fin de llamar al resto de los Selk'nam. Estas ocasiones, en la que había comida para todos, eran propicias para realizar la ceremonia de iniciación de la adolescencia: el Hain.

Historia Nómades y cazadores terrestres de la isla grande de Tierra del Fuego, los altos Selk'nam se alimentaban de aves, guanacos, zorros colorados y cururos, lo que se complementaba con la recolección de productos marinos, como mariscos o alguna ballena varada. Esto reunía a toda la comunidad Selk'nam y en ocasiones, compartían con los Yagán.
En 1881 se inicia la colonización moderna de la isla: el hombre blanco viene tras el oro austral.
Posteriormente, grandes inversiones destinadas a instalar en la Patagonia la ganadería, promovieron el exterminio de los Selk'nam, cultura que no conocía ni entendía la propiedad privada, y por ende consideraban natural la cacería de las ovejas.
Debido a esto, tanto los empresarios del oro como los ganaderos, pagaban a un tipo más especial de cazadores, los cazadores humanos, la muerte de los indígenas: con un par de testículos, los mercenarios cobraban su dinero.

Sociedad La familia era el núcleo básico. Era común el matrimonio monógamo, aunque un hombre podía tener dos mujeres.
No se conocía una jerarca o cacique entre los Selk'nam, debido a su organización en familias.
Sólo los chamanes, llamados Kon a quienes se les reconocía ciertos poderes, eran respetados y temidos. Ellos curaban a los enfermos y se encargaban de las ceremonias religiosas.
En las relaciones sociales, basadas en el parentesco, primaba el patriarcado, expresado en el establecimiento del matrimonio en el hogar del marido (patrilocal). En cada familia podían existir cuatro a cinco generaciones.
El territorio Selk'nam, propiedad de una familia extensa, se subdividía tradicionalmente en unos 40 distritos familiares que tenían límites conocidos por todos, según el etnólogo Martín Gusinde. Para ingresar a otro territorio, los Selk'nam debían tener el consentimiento de sus vecinos.

Subsistencia Constituían un pueblo nómade que mantenía una economía de subsistencia basada en la caza terrestre, principalmente aves, que se complementaba con la recolección de frutos, hongos y raíces silvestres, junto con algunos productos marinos.
Se caracterizan por la elaboración de puntas de proyectil más perfeccionadas y eficaces que las de sus antecesores.
Los Selk'nam estarían emparentados con los Aonikenk o Tewelches del sur a través de un tronco común, del cual los primeros se habrían separado ocupando la Tierra del Fuego.
Selk'nam es el nombre con que los habitantes nómades de Tierra del Fuego identificaban a su pueblo y cultura. Por ello hoy en día se privilegia esta denominación, ya que el nombre Ona otorgado por los Yagáns y luego popularizado desde la colonización del territorio austral, no emanó de la propia cultura Selk'nam.
Esta cultura, poseía un amplio mundo espiritual manifestado en ceremonias como el Hain, ritual de iniciación sexual en el que se revelaba a los adolescentes ciertos secretos tendientes a preservar su orden social: el patriarcado.

Lengua La lengua Selk'nam era hablada por los cazadores terrestres de Tierra del Fuego, XII Región, extinguidos hacia las primeras décadas del siglo XX.

Palabras Selk'nam:
Kree: luna
Kreen: sol
Akainik: arco iris
Shénu: viento
Hosh: nieve
Ka: pueblo, gente
Kámuka: pueblos o gente del norte (Onas)
Winteka: pueblos o gente del este (Haush)
Kenémika: pueblos o gente del oeste (Kawésqar)
Kéikruka: pueblos o gente del sur (yagan)
Tul: corazón
Tul-jippen: corazón malo

Mundo Espiritual El mundo espiritual Selk'nam es testimoniado fundamentalmente por dos antropólogos: el padre Martín Gusinde y Anne Chapman.
Ellos han rescatado textos que nos hablan de la metafísica y visiones de mundo de este pueblo ya extinto.
Los dioses y espíritus fueguinos no son representados ni se les rinde culto. No son más que nombres y palabras para designar lo que se encuentra más allá de la sociedad.
Los relatos nos muestran la existencia de innumerables seres de diversas características, cada uno con su propia historia y lugar. Son habitantes del cielo y de la tierra e incluso algunos viven debajo de ella y sólo emergen para las celebraciones.
Durante el crepúsculo del 17 de mayo de 1923, mientras el viento del sur, el óruken hayin, azotaba el campamento de Lago Fagnano, los hombres buscaron refugio en la choza de Tenenesk, chamán Haush (una rama de los Selk'nam) y le escucharon el relato que recoge Martín Gusinde:
«En un principio, nada. Sólo Temáukel, el primero de los howenh. después, la cúpula celestial, el firmamento, desprovisto de estrellas. Algunos vacíos inmensos penetran quietamente el silencio. Una luz crepuscular rielaba en la superficie de la tierra informe, estremeciendo las penumbras inmóviles.... En la oscuridad de la noche, alrededor del fogón que ahora se ha reducido a puras cenizas inertes, el viejo levanta la mano señalando el firmamento repleto de estrellas y con voz trémula insiste: Así por encima de nuestra tierra, se extiende el cielo: detrás de él vive Temáukel.»





Pueblo Pikunche

Las tribus Pikunches vivían en el área central de Chile.
Los cronistas españoles nos han dejado abundante información sobre el desarrollo en que se encontraban estas tribus. Los llamaron Pikunches. Hablaban la lengua mapuche al igual que araucanos y williches, pero culturalmente estaban en un nivel superior debido a la adquisición de ciertas técnicas más evolucionadas, fruto de sus contactos con los pueblos del norte.
Enterraban a sus muertos bajo túmulos; poseían unas piedras horadadas que, provistas de mangos pudieron ser usadas como herramientas agrícolas.; tallaron pequeñas cavidades en grandes bloques de piedra conocidas como piedras tacitas, cuya función pudo ser la de morteros o depósitos de ofrendas ceremoniales.
Elaboraron una cerámica decorada con forma de trinaquio, distinta a todas las culturas prehispánicas de Chile.

Sociedad

El caserío constituido por aprox. 300 personas, tenía como jefe a un cacique, dignidad hereditaria que gobernaba en forma independiente y autónoma de los otros caciques.
Cada una de estas unidades ejercía derechos de propiedad sobre la tierra cultivable; sin embargo los bosques y pastizales utilizados por rebaños de llamas y guanacos, fueron compartidos por todos.
Dentro del caserío los trabajos eran comunitarios. Solían invitar a trabajar con ellos a miembros de otras comunidades retribuyéndoles con fiestas, comidas y bebidas. Esta actividad social se denominó mingaco.
Las tribus Pikunches eran muy diferentes a las del norte. La abundancia de agua y la mejor calidad de los terrenos no los obligó a unirse en grandes grupos para emprender pesadas construcciones agrícolas, motivo por el cual tampoco se hizo necesaria la presencia de una poderosa autoridad central.
Simplemente cavaron canales para regar la tierra, tarea que podían asumir perfectamente los miembros de un caserío, ya que durante la siembra sólo requerían de un palo puntiagudo, la coa, para enterrar las semillas.

Formas de Vida

Cultivaban maíz, porotos, teca, calabazas, ají, quinoa, oca, maní y papas. Todos ellos, a excepción de la papa, se importaron desde el norte.
La dieta alimenticia era complementada con carnes (cuy, guanaco, llama), peces y mariscos provenientes de intercambios con los changos de la costa.
Existían dos grupos sociales que revelaban más diferencias de status que económicas.
Caciques y chamanes, ocupaban las más altas jerarquías.
No presentaban, a diferencia del Norte, indicios de una pronta transformación en jefaturas, porque el sistema agrícola no impuso la presencia de un aparato burocrático para orientar y dirigir tareas con enorme inversión de energías, como sucedió en el desierto.

Historia

Los Pikunches también sufrieron la dominación Inca. Aunque constituían una rama de los Mapuche, eran menos belicosos que aquellos.
Con suficientes tierras y muy ricas, las guerras de expansión fueron escasas.
La poca resistencia ofrecida a los Incas hizo que estos no introdujeran grandes cambios en la estructura social, sino más bien los incorporaran al imperio a través de sus mismos caciques, convertidos en nobles del incanato.
También, para ejercer un control más directo trasladaron colonias de indígenas quechuas, aportados por el incanato. Eran llamados Mitimaes, y su presencia se encuentra ratificada por los restos culturales incas encontrados en cementerios, especialmente cerámica, como arívalos, y otros elementos propios de la civilización incaica.




Cuncos

Hacia 1535, su número aproximado de habitantes ha sido calculado en 100 000 individuos, distribuidos en la zona de Maullín, Chiloé e islas aledañas. Al igual que los Huilliche, Mapuche y Picunche hablaban mapudungun
El hábitat insular de los cuncos, representada por numerosas caletas y puertos litorales, incentivó el desarrollo de la pesca y recolección litoral, donde la caza del lobo de mar reviste gran importancia. La zona del Golfo de Reloncaví constituyó, junto a las numerosas islas adyacentes, el establecimiento más numeroso del indígena local, por cuanto las condiciones del medio permitió la práctica de una economía mixta, basada en la agricultura y ganadería junto a la pesca y recolección marina.

La recolección terrestre queda limitada a plantas y frutos silvestres y algunos hongos que crecen en los árboles. La caza del pudú y zorro pequeño, constituyeron los mamíferos de fácil captura.

Su establecimiento y modo de vida se ha definido como semi-nómade, por cuanto pasaban largas temporadas en sus embarcaciones, denominadas dalcas (dalcahue), dedicados a la pesca y caza, alcanzando islas muy lejanas donde también cultivaron la papa. No tuvieron pueblos organizados y su población estuvo repartida por todas las islas.

Según referencias históricas, una importante fuente de alimentación la constituyó el "curanto", herencia que se mantiene hasta hoy en día en el acervo cultural chilote. Este consistía en cocer una gran cantidad de mariscos, carnes, verduras y papas, en un hoyo al que agregaban piedras muy calientes. Para su cocimiento lo tapaban con ramas hojas y tierra. Indiscutiblemente la recolección de mariscos era una tarea diaria aún para mujeres y niños. De hecho se sintieron más apegados al ecosistema marino y litoral, que a las actividades de la tierra.

Changos El término Chango aparece documentado por primera vez en 1659, según algunos cronistas y viajeros del siglo XVII, quienes con este nombre designaron a las sociedades pescadoras (Bittman, 1977-1984; Hidalgo, 1981). La categoría de Chango con el paso del tiempo fue comprendida en un sentido étnico, geoespacial y productivo. El español no habría logrado percibir que entre estos había diferencias culturales, espaciales y tecnológicas, como de algún modo lo demuestran sus evidencias materiales.

Las denominadas sociedades pescadoras del extremo norte de Chile, largamente identificadas bajo la definición de Changos, responden en verdad, a más de una etnia, las que conviven dentro de un complejo sistema multiétnico y político, en particular después del dominio y presencia Inca.
La categoría de Chango al parecer más que señalar la identidad étnica de un grupo define más bien una forma de vida, y esta condición es atribuible a cualquier grupo de pescadores, sin importar su identidad étnica.




Chonos Entre el archipiélago de Chiloé y la península de Taitao deambulaban, a la llegada de los españoles, bandas de cazadores-recolectores que fueron denominados genéricamente, chonos. Organizados en pequeños grupos, viajaban sobre canoas de tablas cosidas llamadas dalcas, dedicándose a la caza de lobos marinos, peces y aves, así como a la recolección de mariscos, labor que realizaban las mujeres. Tuvieron contactos culturales con sus vecinos huilliches de la isla grande de Chiloé e incluso, en la zona sur de la isla se mezclaron con éstos formando un grupo mestizo que los huilliches denominaban payos.
Tras la conquista española de Chiloé y el establecimiento del sistema de encomiendas en la isla en 1567, los chonos establecieron vínculos más permanentes con la población chilota. Tras repetidos viajes de misioneros jesuitas a los archipiélagos de las Guaiytecas y Chonos para evangelizar a los indios, un grupo de chonos se estableció en 1710 en la isla Guar, a la entrada del canal de Chacao. Los jesuitas instalaron allí una misión, cuya corta existencia no fue obstáculo para el progresivo mestizaje y aculturación de un pueblo que, ya hacia fines del siglo XVIII, había desaparecido como tal, y se había mezclado con el común de la población chilota.

Lengua: el chono


La lengua de los chonos permanece desconocida. Sólo habrían quedado seis palabras, tres en la obra de Fitz-Roy (13) y tres en el Diario del P. García, respectivamente ( Loukotka, op. cit.:44). Según A. Chamberlain (1913) fue una lengua independiente; según R. Lehmann-Nitsche (1914), perteneció a la familia chon (propuesta por él mismo); P. Rivet (1924) la incluyó en una familia alikulip; Loukotka (op. cit.:Ibid.) en un stock (tronco) aksanás (junto con el "kaueskar or aksanás..."). Según Aguilera, formaría parte -considerando su situación geográfica- de las lenguas fuéguidas (comunicación personal) .

Algunos estudiosos han atribuido origen chono a topónimos que existen en Chiloé, entre los cuales figuran aquellos terminados en -ec (-ek), -ac (-ak), a saber: islas Laitec, Chaulinec, Quenac, Cahuac, Isquiliac; costas de Ichoac, Auchac, etc. (véase Cañas P., 1911, Ibar, 1960).

La lengua de los chonos se extinguió hace ya mucho tiempo.



CULTURAS ACTUALES

Pueblo Aymara

El Aymara es un pueblo milenario dedicado al pastoreo y a la agricultura usando técnicas ancestrales de cultivo.
Habitan, traspasando las fronteras impuestas por las naciones, desde las orillas del lago Titicaca y la cordillera de los Andes, hasta el noreste argentino.
Tienen una economía complementaria, ya que los que viven en el altiplano poseen abundantes rebaños y escasos cultivos, mientras que los que lo hacen en la precordillera producen bastantes verduras frutas y semillas gracias al eficaz uso del suelo, mediante las tradicionales terrazas.
Debido a estas condiciones se generan relaciones de intercambio de productos entre pastores y agricultores.
Esta forma de subsistencia se basa en el principio del ayne, que se refiere a la reciprocidad entre los aymarás: la petición de ayuda en el presente, será correspondida en el futuro.

Ubicación Geográfica El pueblo Aymara habita en dos zonas del norte de Chile, concentrándose principalmente en la Región de Tarapacá y, en menor proporción, en la Región de Atacama.
La primera zona abarca la franja precordillerana y altiplánica, desde la frontera con Perú y Bolivia hasta las localidades de Ayquina y Toconce.
Por el este limita con Bolivia, y por el oeste sigue una línea que va desde Visviri a Ayquina, pasando por Putre, Livilcar, Mamiña, Pica y Lequena.
La segunda zona abarca un pequeño territorio dentro del actual territorio atacameño. Se prolonga, de norte a sur, desde las afueras de Caspana hasta Talabre.
A través de este territorio se ha generado una amplia y compleja difusión y expansión cultural.

Sociedad La unidad mínima de la organización social aymara tradicional es la familia extensa patrilineal y virilocal. La compone el jefe de familia y sus esposas, sus hijos casados y las esposas de estos y sus hijos e hijas; además de los hijos e hijas solteras.
La familia extensa ocupa un conjunto habitacional con viviendas separadas para cada familia nuclear, ésta es monógama. Al interior de las familias se entrena a los niños de ambos sexos a ser sumisos con sus padres y obedientes con los adultos. Además se espera que cada niño se incorpore temprano a las labores pastoriles, agrícolas o domésticas más sencillas, las que se van complejizando con el tiempo.
A nivel comunitario coexisten dos formas: el Ayllu que es la comunidad andina aymara altiplánica tradicional y la comunidad campesina precordillerana hispanizada.
Cada Ayllu está formado por un conjunto de aldeas pastoriles, cada una de las cuales se compone de varias familia extensa. El segundo modelo corresponde al modelo español que gravita en torno a una plaza con su iglesia y varios edificios públicos.

Formas de Vida

La sequía, el deseo de educar a sus hijos y los conlfictos religiosos, son las principales causas del desplazamiento de los Aymara hacia las ciudades donde, gracias a su gran habilidad para el comercio e inclinación por el ahorro, han encontrado mejores opciones de trabajo. Lo que caracteriza esta situación es que son autónomos, tanto en actividades comerciales como empresariales a nivel regional y local.
Actualmente existen 48.477 Aymara (censo de 1992), de los cuales sólo 2.397 residen en sus territorios originarios, ubicados en las provincia de Parinacota-Putre y General Lagos.
Esto significa que se está produciendo un abandono de los territorios precordilleranos y altiplánicos de sus ancestros.
A pesar de ello, en la precordillera de Iquique, existen tres unidades étnicas aymara que viven en la zona desde hace 1000 años.
Ellas están constituidas por los ejes Isluga-Camiña, Cariquima-Tarapacá y Mamiña-Pica.
Sus respectivos territorios se extendían en franjas paralelas en dirección este a oeste.

Situacion Actual

Durante las últimas décadas, al tradicional aislamiento del pueblo Aymara, se ha sumado un creciente proceso de aculturación, incrementado por la mayor movilidad de sus integrantes.
Así es como se ha producido una migración masiva hacia los puertos de Arica e Iquique, como también hacia poblados pampinos vecinos.
Este proceso tiene como consecuencia el uso cada vez menor de la lengua aymara, siendo su futuro incierto.
Según opiniones de los propios migrantes aymara, las principales causas de este proceso han sido la sequía, el conflicto religioso, los problemas educacionales, la presión social y la búsqueda de nuevas fuentes laborales.
La población actual distribuida en el ámbito nacional totaliza 89.284 personas y se concentra mayoritariamente en la Primera Región y en la Región Metropolitana.




Pueblo Rapa Nui

El pueblo Rapa Nui habita la Isla de Pascua. Rapa Nui es el nombre originario de esta isla de origen volcánico y forma triangular, situada en medio del Océano Pacífico Sur. La isla, de sólo 180 km2, posee tres volcanes situados en sus tres puntas, el Rano Kau, el Maunga Terevaka y el Poike.
Grandes esculturas de piedra, coronados con rojos sombreros que dan la espalda al mar enmarcan esta compleja y misteriosa cultura. Son los característicos Moai que, a más de 3.000 km. de la costa de Chile continental, frente al Puerto de Caldera, nos hablan de este pueblo ancestral.
Alrededor de 250 Ahu, altares ceremoniales de piedra, 600 Moai en pie y otros esparcidos por la isla, abundantes petroglifos grabados en piedras volcánicas, y música y bailes que recuerdan a la Polinesia, son su escenario cultural.
Actualmente la isla está habitada por 3.837 personas, de las cuales, existe una diferencia de género: 2.010 hombres y 1.827 mujeres; un índice urbano de 3.630 personas, y un índice rural de 207 personas aproximadamente.

Origen Los orígenes de los habitantes de Rapa Nui no están del todo claros y diversas teorías se han tejido en torno a ellos. Para los habitantes originarios de la isla, la historia se explica en su mitología y tradición oral. A través de ella reconocen que el Rey Hotu Matu'a, con más de 100 personas provenientes de islas polinésicas cercanas, fueron los primeros colonizadores de Rapa Nui.
Según la leyenda, el legendario héroe habría establecido la organización social, el sistema de parentesco y descendencia, además de la forma de construcción de monumentos y viviendas. La cultura Rapa Nui está ligada a la polinesia, pero en su aislamiento este pueblo desarrolló singulares sistemas de creencias y construcciones de piedra que no existen en ningún otro lugar del mundo.
La unidad social básica, es el hua'ai, que es la familia extensa, compuesta de tres generaciones como mínimo, y cuya descendencia es patrilineal.
Su lengua, el Vananga Rapa Nui, y su escritura ceremonial, Rongo Rongo, pertenecen a la familia polinésica.

Historia La cultura Rapa Nui actual conserva gran cantidad de ritos, ceremonias y creencias ancestrales. Algunas prácticas variaron según las etapas de este pueblo desde su prehistoria.
En la llamada fase expansiva, se produjo una inusual devoción religiosa, relacionada con el culto a los ancestros, construyéndose unos 300 altares ceremoniales y cerca de 600 moai. El poder de los sacerdotes estaba en su apogeo. Luego sobrevino la crisis política y la hambruna: a esta etapa se le llamó fase decadente. Las peticiones de los Rapa Nui a los dioses, ahora estaban ligadas a la adquisición de alimentos. Así nace el culto al dios Make Make, relacionado con la fertilidad.
Sin embargo antiguos conceptos como el Mana y el Tapu, persistieron.
El Mana es la magia o poder sobrenatural. Está en manos de los espíritus y algunos iniciados. Cualquier objeto puede contagiarse con esta magia, sobre todo las personas que viven con hombres poderosos.

Altares Ceremoniales Los Rapa Nui esculpieron las imágenes de sus antepasados en piedra volcánica, a diferencia de los polinésicos que lo hicieron en madera. Usaron la cantera del volcán Rano Raraku, en donde hasta hoy existen unos 70 moai que no fueron terminados y parecen haberse quedado dormidos en la piedra. El estancamiento en la producción de estas monumentales esculturas, se debe a la crisis interna, desatada por disputas de poder y escasez de alimentos en la isla.
Los moai miden en promedio 4mts. de altura. La excepción es el moai Paro, que alcanza los 10 mts. y llega a las 85 toneladas de peso. Parte del Ahu Te Pito Kura, es la expresión final del megalitismo usado como símbolo del poder político y religioso, en las pugnas internas de la sociedad Rapa Nui.

Lengua El Rapa Nui es una lengua polinésica, lo que la distingue de las otras lenguas originarias del país, clasificadas en el grupo indoamericano.
Pertenece a la rama polinésica de la familia austronésica, conjunto de lenguas habladas desde el sudeste asiático hasta Isla de Pascua.
Esta diferencia se debe a que el pueblo Rapa Nui constituye una unidad linguística y cultural distinta al resto de las etnias del territorio chileno, país que lo incorporó a su territorio en 1888.
Actualmente el pueblo Rapa Nui, es bilingüe: habla el español y su lengua originaria: el Vaná a Rapa Nui, que significa el habla de Rapa Nui.
Los niños de Isla de Pascua hablan el Rapa Nui hasta que entran a la escuela, donde aprenden el español, segundo idioma, utilizado para sus relaciones con el continente.

Mundo Espiritual

La cultura Rapa Nui actual conserva gran cantidad de ritos, ceremonias y creencias ancestrales. Algunas prácticas variaron según las etapas por las que transcurrió este pueblo desde su prehistoria. Sin embargo los antiguos conceptos como el Mana y el Tapu, persistieron.
El Mana es la magia o poder sobrenatural y está en manos de los espíritus y sólo de algunos iniciados. Cualquier objeto puede contagiarse con esta magia, sobre todo las personas que viven con hombres poderosos.
En la llamada fase expansiva se produjo una inusual devoción religiosa, relacionada con el culto a los ancestros. En tal período se llevó a cabo la construcción de unos 300 altares ceremoniales y cerca de 600 moai: el poder de los sacerdotes y de la nobleza se encontraba en su plenitud. Luego sobrevino la crisis política y la hambruna; a esta etapa se le llamó fase decadente. Las peticiones de los Rapa Nui a los dioses, entonces estaban ligadas a la adquisición de alimentos. El culto al dios Make Make, relacionado con la fertilidad, surge en este período.



LOS CLIMAS DE LA TIERRA


Los climas de la Tierra se pueden clasificar de diversas maneras, en este apartado se utilizan criterios sencillos y de fácil comprensión.

Hay tres tipos de climas en relación a la latitud y que están relacionados con la circulación general atmosférica:
-Climas fríos (entre los 90º y 60º de latitud) -Climas templados (entre los 60º y 30º de latitud) -Climas cálidos (entre los 30º y 0º de latitud)

Estas franjas climáticas son muy extensas e incluyen zonas con climas bastante diferentes y, por tanto, se establecen otras clases climáticas dentro de cada zona:

CLIMAS FRIOS.- Predominio del frío. Ocupan zonas de latitudes altas.


Clima polar: se caracteriza por las bajas temperaturas durante todo el año, que pueden alcanzar valores extremos en las largas noches polares. Precipitaciones escasas.
Clima de tundra o estepa: parecido al polar pero con precipitaciones abundantes. Ocupa las costas del océano ártico.
Clima subártico: inviernos largos y de fríos rigurosos, veranos cortos y frescos y precipitaciones variables según las zonas. Las oscilaciones térmicas son muy grandes en las zonas interiores de los continentes. Se encuentra en las zonas más al sur.
CLIMAS TEMPLADOS.- Predominio de las temperaturas moderadas, estaciones del año clásicas, (primavera, verano, otoño, invierno) y ocupan zonas de latitudes medias.

Clima atlántico: temperaturas moderadas con pocas oscilaciones. Precipitaciones regulares y abundantes. Se encuentra en las zonas de influencia oceánica.
Clima mediterráneo: inviernos suaves. Veranos cálidos y secos. LLuvias muy irregulares, más abundantes en el otoño y la primavera.
Clima continental: grandes oscilaciones térmicas tanto diarias como anuales. Precipitaciones abundantes durante el verano. Se encuentra en las zonas más interiores de los continentes.
Clima subtropical húmedo: inviernos moderadamente frescos. Veranos calurosos con lluvias intensas y abundantes.

Clima desértico: más caluroso cuanto más al sur y siempre con oscilaciones térmicas importantes. Precipitaciones escasas todo el año. Engloba las zonas más al sur dentro de esta franja climática.
CLIMAS CALIDOS.- Predominio de las temperaturas elevadas. Se encuentran en las zonas de latitudes bajas.

Clima tropical desértico: parecido al anterior pero con temperaturas medias anuales más altas. Genaralmente se dá en las zonas más al norte de esta franja.
Clima tropical marítimo: las temperaturas son altas con pocas oscilaciones y las lluvias estacionales bastante abundantes.

Clima tropical estacional: hay dos estaciones claramente marcadas, una seca y calurosa, y la otra menos calurosa y con lluvias torrenciales.
Clima ecuatorial: temperaturas altas y muy constantes. Lluvias abundantes, a menudo estacionales, pero que se extienden durante buena parte del año.

viernes, 2 de julio de 2010

CLIMA


El clima abarca los valores estadísticos sobre los elementos del tiempo atmosférico en una región durante un período representativo: temperatura, humedad, presión, vientos y precipitaciones, principalmente. Estos valores se obtienen con la recopilación de forma sistemática y homogénea de la información meteorológica, durante períodos que se consideran suficientemente representativos, de 30 años o más. Estas épocas necesitan ser más largas en las zonas subtropicales y templadas que en la zona intertropical, especialmente, en la faja ecuatorial, donde el clima es más estable y menos variable en lo que respecta a los parámetros climáticos.

Los factores naturales que afectan al clima son la latitud, altitud, continentalidad, relieve, corrientes marinas, vegetación, vientos y rayos solares. Según se refiera al mundo, a una zona o región, o a una localidad concreta se habla de clima global, zonal, regional o local (microclima), respectivamente.

El clima es un sistema complejo por lo que su comportamiento es muy difícil de predecir. Por una parte hay tendencias a largo plazo debidas, normalmente, a variaciones sistemáticas como el aumento de la radiación solar o las variaciones orbitales pero, por otra, existen fluctuaciones más o menos caóticas debidas a la interacción entre forzamientos, retroalimentaciones y moderadores. Ni siquiera los mejores modelos climáticos tienen en cuenta todas las variables existentes por lo que, hoy día, solamente se puede aventurar una previsión de lo que será el tiempo atmosférico del futuro más próximo. Asimismo, el conocimiento del clima del pasado es, también, más incierto a medida que se retrocede en el tiempo. Esta faceta de la climatología se llama paleoclimatología y se basa en los registros fósiles; los sedimentos; la dendrocronología, es decir, el estudio de los anillos anuales de crecimiento de los árboles; las marcas de los glaciares y las burbujas ocluidas en los hielos polares. De todo ello los científicos están sacando una visión cada vez más ajustada de los mecanismos reguladores del sistema climático.

climas

El clima abarca los valores estadísticos sobre los elementos del tiempo atmosférico en una región durante un período representativo: temperatura, humedad, presión, vientos y precipitaciones, principalmente. Estos valores se obtienen con la recopilación de forma sistemática y homogénea de la información meteorológica, durante períodos que se consideran suficientemente representativos, de 30 años o más. Estas épocas necesitan ser más largas en las zonas subtropicales y templadas que en la zona intertropical, especialmente, en la faja ecuatorial, donde el clima es más estable y menos variable en lo que respecta a los parámetros climáticos.

Los factores naturales que afectan al clima son la latitud, altitud, continentalidad, relieve, corrientes marinas, vegetación, vientos y rayos solares. Según se refiera al mundo, a una zona o región, o a una localidad concreta se habla de clima global, zonal, regional o local (microclima), respectivamente.

El clima es un sistema complejo por lo que su comportamiento es muy difícil de predecir. Por una parte hay tendencias a largo plazo debidas, normalmente, a variaciones sistemáticas como el aumento de la radiación solar o las variaciones orbitales pero, por otra, existen fluctuaciones más o menos caóticas debidas a la interacción entre forzamientos, retroalimentaciones y moderadores. Ni siquiera los mejores modelos climáticos tienen en cuenta todas las variables existentes por lo que, hoy día, solamente se puede aventurar una previsión de lo que será el tiempo atmosférico del futuro más próximo. Asimismo, el conocimiento del clima del pasado es, también, más incierto a medida que se retrocede en el tiempo. Esta faceta de la climatología se llama paleoclimatología y se basa en los registros fósiles; los sedimentos; la dendrocronología, es decir, el estudio de los anillos anuales de crecimiento de los árboles; las marcas de los glaciares y las burbujas ocluidas en los hielos polares. De todo ello los científicos están sacando una visión cada vez más ajustada de los mecanismos reguladores del sistema climático.